Los microplásticos se encuentran a lo largo de toda la columna de agua en los océanos. Estos pequeños trozos de plástico, muchos imperceptibles para nuestros ojos, no sólo amenazan el ecosistema marino, sino también a los humanos a través de las redes tróficas.
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En el documento “Asistencia técnica en las tareas de implantación de la directiva marco de la estrategia marina”, elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) para el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), se focaliza en la identificación de fuentes de microplásticos.
Para ello, se presentan y seleccionan datos y cifras que pretenden colaborar con la implementación de estrategias para el cuidado del mar.
En particular, citan un estudio de EUNOMIA en el que se estima que más del 80% del plástico que está en los océanos llega de diversas fuentes terrestres. El resto, resulta de las playas y de la pesca.
Los objetos de plástico son cada vez más numerosos y, cuando nos deshacemos de ellos, pueden tener distintos destinos.
Pueden terminar en un vertedero, ser incinerados o reciclados, pero en este último caso, solo el 9% de todo el plástico producido hasta la actualidad fue reciclado.
Siguiendo con los datos de Greenpeace, el 12% se ha incinerado, mientras que el 79% terminó en vertederos o en el ambiente. Por el viento y la lluvia o a través de ríos, los residuos pueden acabar en el mar, incluso los que se disponen en los basureros.
Pero, ¿Qué son los microplásticos?
Aun no existe un acuerdo a nivel internacional que defina estrictamente qué son los microplásticos.
Sin embargo, algunos parámetros son importantes al momento de considerar qué engloba la definición de esta palabra que cobra cada vez mayor relevancia.
Estos son: composición química, estado sólido, tamaño de las partículas, solubilidad en agua y la persistencia en el ambiente.
En general, son partículas sólidas no solubles en agua y con un nivel bajo de degradación.
Con el objetivo de que las industrias monitoreen su tendencia a contaminar y evalúen medidas para reducir esos riesgos, es importante definir el concepto de microplástico.
De este modo, se proporcionará mayor seguridad jurídica e igualdad de condiciones.
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En el informe técnico para la implementación de estrategias marinas, mencionado anteriormente, se desarrolla una clara definición para identificar fuentes y estimación de aportes al ecosistema marino.
Así, se considera que los microplásticos “son un grupo de materiales sintéticos, producidos a partir de polímeros derivados del petróleo o de base biológica. Son partículas sólidas, de tamaño inferior a 5 mm, que no son solubles en agua y cuya degradabilidad es baja”.
Procedencia del microplástico
Por otra parte, en el mismo informe se estima las diversas fuentes de contaminación por microplásticos.
Principalmente, pueden proceder de la fragmentación de materiales de mayor tamaño, impulsado por agentes externos. Entre estos se destacan el poder oxidante de la atmósfera, la radiación ultravioleta y la fuerza mecánica de las olas.
Del mismo modo puede provenir de pérdidas en la cadena de producción y transformación de la granza. La degradación de neumáticos se menciona en el documento como otra de las vías de contaminación.
Cabe destacar que la mala gestión de los residuos y los patrones de consumo también pueden culminar con plásticos en el mar. Además, mucho de este material que fue analizado está compuesto de tereftalato de polietileno, más conocido como PET, presente en envases desechables.
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Por último, los microplásticos se encuentran en la composición de productos cosméticos, pinturas, lavado de ropa sintética y productos de limpieza.
Zonas de concentración
Como hemos publicado en otro artículo, la “isla” o gran parche de basura del Pacífico es conocido por su colosal tamaño, dadas las altas concentraciones de plástico acumulado en este océano.
Aunque en muchos casos se hace hincapié en la cantidad de plásticos en la superficie y aguas costeras, debido a que la estimación es más fácil, muchos exponen que la mayoría se encuentra en las profundidades.
En estos lugares pelágicos o de océano abierto, los esfuerzos para evaluar densidades son más costosos y complicados.
En este sentido, en una investigación en la Bahía de Monterrey, se encontraron altas concentraciones de microplásticos en este ecosistema de cañón submarino profundo, en América del Norte.
El resultado principal fue que estaban en todas partes; es decir, en cada muestra y cada espécimen observado.
Específicamente, el equipo, liderado por Anela Choy, llegó a la conclusión que los microplásticos encontrados en la zona estaban allí hacía mucho tiempo.
Por otra parte, explicaron una manera en que estos pequeños fragmentos podrían llegar a los distintos estratos en la columna de agua.
Los larváceos que filtran, por ejemplo, transportan estas partículas en las aguas profundas al expulsarlos en gránulos fecales. 700 es el número de organismos que calcularon que consumen microplásticos.
Impacto y cómo llegan los microplásticos a nosotros
El informe de CEDEX manifiesta que si bien es necesario desarrollar políticas de implementación relacionadas con la temática, no es una tarea fácil evaluar los efectos de los microplásticos; la información sobre los efectos de la exposición es aun escasa.
El Grupo de expertos de Naciones Unidas consideró, ya en 2015, que la peligrosidad está dada no solo por la exposición sino también por las propiedades físicas, químicas, la toxicidad y la capacidad de algunos plásticos para que otros contaminantes se absorban en su superficie.
En concordancia, otro punto importante en la investigación liderada por Choy fue que los pequeños animales que se alimentan filtrando, como los cangrejos rojos y otros organismos del zooplancton, no solo trasladan el microplástico a través de la columna de agua, sino que también se introducen en las redes alimenticias.
En este sentido, también el informe de CEDEX cita varios estudios de campo que concluyen que estas partículas son ingeridas por error por cantidad de especies en los diferentes niveles tróficos, desde pequeños invertebrados, peces, aves y mamíferos marinos.
Además de los daños físicos no es menor, en este punto, el concepto de bioacumulación. Los componentes pasan a los tejidos de especies que luego son consumidas también por el humano.
Esto ocurre principalmente con peces y mariscos, aunque hasta el momento no hay estudios suficientes que concluyan sobre los posibles efectos negativos en la salud.
Fuente: Wikipedia.org
A modo de conclusión, entonces, podemos decir que los microplásticos no solo afectan a organismos en particular, sino que también puede tener efectos en las poblaciones, con riesgo de poner en peligro la dinámica de los ecosistemas, desde la producción primaria y a través de la cadena trófica, como en el sedimento marino.
Conclusiones y Qué podemos hacer
Se espera un crecimiento en la generación de residuos plásticos para los próximos años.
Por eso, los esfuerzos para mitigarlo deben tener en cuenta, como expresa Choy, la enorme escala espacial de manera horizontal y vertical por toda la columna de agua y ecológica del problema.
Además de las políticas de las compañías y de los estados es clave el rol como ciudadanos.
Las decisiones como consumidores están en nuestras manos, al poder no solo elegir por productos que causen menor impacto en el ambiente, sino fundamentalmente por la importancia de reducir y reutilizar.