Si bien se han logrado enormes adelantos y se ha conseguido que la gente considere el concepto con naturalidad y como algo que “hay que hacer”, en general el reciclaje en España sigue siendo una asignatura pendiente para muchos ciudadanos.
¿Reciclar o no reciclar?
No hay ninguna duda que la mentalidad del español ha cambiado mucho en los últimos años, especialmente en lo que respecta a la concienciación de cuán necesario es detener y revertir los desastrosos efectos que las acciones humanas han tenido sobre el clima y que están acelerando de forma alarmante los cambios naturales.
Pero aún queda muchísimo camino por recorrer, especialmente cuando hablamos de reciclaje, algo que la gran mayoría de los españoles tiene muy claro que es necesario, pero no todos lo llevan a la práctica.
Esto sucede porque un buen número de personas no ha logrado transformar esa convicción en un hábito saludable y ejemplificante.
Y para no reciclar se esgrimen infinidad de razones, excusas y motivos, algunos válidos, otros no tanto y la mayoría realmente inconsistentes. Veamos cuáles son los argumentos y qué consejos son aplicables a cada uno de ellos, para lograr que haya un cambio real y eficaz, en el ámbito del reciclaje.
Falta concienciación
Sin dudas aún queda un largo camino por recorrer antes de que todos los ciudadanos conozcan el enorme valor que tiene el reciclaje de sus residuos.
Y no solo hablamos de protección del medio ambiente, de recuperación de materias primas o de eliminación de residuos, sino también de salud y economía integrales.
Se necesita más información
Cada vez que se consulta cómo se debe reciclar de manera correcta, generalmente son los más pequeños quienes lo tiene más claro.
Y eso sucede porque están recibiendo pautas informativas durante el proceso educacional y a todos los niveles, por lo que la mayoría sabe muy bien dónde va cada tipo de residuo y hasta de qué manera se procesa.
El problema radica en que, muchas personas no saben cómo hacer para reciclar de forma correcta.
Además, especialmente en las grandes ciudades los vecinos se quejan de que hay tantos contenedores, que acaban por no saber va en dónde.
La información, cuanta más, mejor, es vital para que se reviertan este tipo de situaciones
Servicios más flexibles
Debe existir un buen nivel de entendimiento entre los usuarios de los contenedores, las empresas que los vacían y reciclan su contenido y los Ayuntamientos que median en la contratación y gestión de los servicios.
El fin es lograr la optimización de los mismos, en cuanto a horarios de recogida prácticos, coordinación de servicios especiales, etc.
¿Todo va al mismo lugar?
Esto es falso en la enorme mayoría de los casos.
Ha habido situaciones puntuales, en las que no se procedía correctamente, pero se han subsanado.
A día de hoy los contenedores están para ayudar a reciclar todo lo que los usuarios depositan; cada empresa se hace cargo de vaciar los que les competen y de darle el tratamiento correspondiente a los residuos.
Servicios inadecuados o insuficientes
Para poder valorar las necesidades de cada vecindario en cuanto a la colocación de contenedores, existen una serie de factores que deben ser estudiados y valorados, con el objetivo de que estos recipientes no resulten insuficientes o excesivos.
Cada situación debe analizarse de manera particular y pormenorizada.
Alternativas al reciclaje
La Economía Circular propone que, los recursos que ya se han extraído continúen siendo utilizados hasta que se agote su vida útil o no le quedan más alternativas de empleo.
El agua de lluvia que se recoge en las casas ecológicas es buen ejemplo de ello, puesto que se emplea en diversos usos (sanitario, riego), hasta que ésta se agota y/o sus residuos se evaporan.
Casi todos los recursos y materiales pueden ser parte de un sistema de economía circular, solo hace falta buena voluntad e ingenio, para llevar a cabo algunas de estas tareas:
- Podemos reutilizarlos de varias formas, una de ellas es darles un uso que sea radicalmente diferente al que tenía cuando fue creado, por ejemplo, a las botellas de plástico se las reconvierte en juguetes, bebederos, macetas y mucho más.
Otra manera es haciéndoles pequeños cambios o adaptaciones, que les permitan alargar su vida útil.
- Al reciclar logramos que ciertos elementos vuelvan a ser materias primas, con las que es posible seguir fabricando objetos necesarios; esto es lo que se hace con los papeles, cartones, plásticos, vidrios, latas, etc.
Un ejemplo muy significativo es el de las medallas de las próximas Olimpíadas que se celebrarán en Tokio y que estarán fabricadas con metales recuperados de aparatos tecnológicos.
- Si reparamos las cosas, no solo les damos una nueva oportunidad de ser útiles, sino que combatimos activamente la perniciosa costumbre de “comprar, usar y tirar”.
- Donar es otra forma de dar nueva vida a las cosas que no usamos, ya sean ropas, zapatos, juguetes, muebles, electrodomésticos o libros, siempre habrá alguien que será capaz de encontrarle utilidad a los que nosotros desechamos.
Poco espacio en casa
Especialmente en las grandes ciudades los espacios habitacionales son cada vez más pequeños, pero ello no impide reciclar.
Dado que cada persona genera una determinada cantidad de basura, con un poco de buena voluntad, donde hay una bolsa para tirarlo “todo junto”, se colocan dos o tres y se recicla sin problemas.
La otra opción es deshacerse de los desechos diariamente depositándolos en el contenedor que corresponda.
Mejor organización
Sin lugar a dudas la organización de cada hogar es fundamental para reducir la cantidad de residuos.
Es fundamental evitar adquirir exceso de productos, para ahorrar espacio y que no caduquen.
Hacer compras bien planificadas y volver a cocinar con las sobras, como hacían las abuelas, es una excelente forma de disminuir el desperdicio de alimentos.