Que la Comisión Europea repruebe a España por el lamentable estado de sus ríos, es una constante que viene repitiéndose desde hace ya varios años.
La realidad es que poco o nada se hace para remediar este problema y las consecuencias son cada vez más irreversibles y peligrosas.
Una realidad ignorada
En todas las provincias españolas hay al menos un par de corrientes de agua, cuyos niveles de contaminación son como poco preocupantes.
Ya sea por ríos principales o sus afluentes, las sustancias nocivas se dispersan y muchas veces acaban con las fuentes de agua potable de las regiones circundantes.
Lo que resulta más alarmante es que, esta realidad es muy poco conocida salvo por los habitantes de las zonas directamente afectadas.
Solo se le presta atención cuando se produce un vertido importante por imprudencia, accidente o negligencia.
Desconociendo o ignorando el gravísimo problema de la contaminación de los ríos, hemos acabado por “normalizar” la situación.
Y esto es muy peligroso, especialmente en un país que tiene altos índices de desertificación, sobre todo en las provincias de Almería y Murcia.
¿Cómo se contaminan los ríos?
España consume el 20% de los pesticidas que se venden en Europa y aunque el empleo de muchos agroquímicos está terminantemente prohibido, como es el caso de los neonicotinoides, que resultan letales para las abejas y otros insectos, se siguen utilizando.
Junto a los herbicidas, a los abonos y a otros químicos tóxicos, son los principales contaminantes que llegan a los ríos españoles, generalmente por escorrentía.
Por otra parte, durante muchísimos años se han producido vertidos de todo tipo de sustancias de desecho industrial como mercurio, plomo, cadmio, cloro y una interminable lista de elementos tóxicos más.
Además, muchos ríos se emplean como cloacas comarcales y hasta hace poco, descargaban las aguas fecales directamente en sus corrientes, sin ningún tratamiento previo.
A ello hay que sumarle toneladas de basura: plásticos, medicamentos, aceites y grasas, detergentes, cosméticos, muebles, drogas, escombros y gracias al COVID 19, mascarillas, guantes e hidrogel que, por desidia, descuido o puro afán de lucro, acaban en los fondos de los ríos y los matan lenta, pero inexorablemente.
10 ríos españoles más contaminados
Río Júcar
En la actualidad este es el río que tiene el dudoso honor, de encabezar el listado de los más contaminados del país.
Sus aguas están colmadas de elementos contaminantes, entre los que destacan los pesticidas, que actúan como disruptores endocrinos.
Éstos se comportan como falsas hormonas y alteran los ciclos naturales de los animales y las plantas que lo habitan.
Ríos Miño y Barbaña
El río Miño atraviesa el norte de la ciudad de Orense y tiene altos niveles de contaminación por detritus, pesticidas y vertidos industriales.
El Barbaña es uno de sus afluentes y en él se vuelcan aguas residuales, tanto urbanas, como del alcantarillado y de aliviaderos, además de recibir filtraciones de suelos contaminados, desechos de las industrias y todo tipo de basura.
Río Cinca
La manera de medir el contenido del mercurio de un río es examinando a su biota.
En el aragonés río Cinca, los niveles de Hg en sangre de sus peces son realmente alarmantes.
Esto se debe a que muchas industrias lo han usado de vertedero durante años; incluso hay trazas de DDT, puesto que este insecticida demora mas de 60 años en desaparecer y los últimos vertidos datan de 2004.
Río Gállegos
Desde 1975 hasta 1994, una fábrica situada en la localidad oscense de Sabiñánigo estuvo vertiendo Lindano (un compuesto órgano clorado), en las aguas del Río Gállegos, sin ningún tipo de control.
26 años después hay más de cuatro mil toneladas de una “sopa tóxica”, depositadas en cárcavas o pozos naturales, que siguen contaminado su corriente fluvial paulatina, permanente y persistentemente.
Río Guadiana
Los miles de toneladas de agroquímicos que se vierten cada año en este río de Extremadura se han ido acumulando de tal manera, que a día de hoy se le considera un “río enfermo”, cuya población piscícola está desapareciendo sin tregua.
Río Llobregat
Los medicamentos, los desechos industriales y la basura no son sus únicas fuentes de contaminación, porque este río catalán, también tiene exceso de salinidad por los detritus aportados por las Minas del Bages.
Presenta un marcado descenso en el nivel de sus aguas, a causa del número desmesurado de minicentrales hidroeléctricas que se han construido a lo largo de todo su recorrido.
Ríos Tinto y Odiel
Estos ríos ovetenses (el Tinto es afluente del Odiel) han sido contaminados por los desechos de las minas cercanas.
En las marismas del Odiel hay tres balsas de fosfoyesos, con lodos radiactivos.
Varios expertos han advertido que si se rompieran ocasionarían un desastre ecológico y ambiental de magnitudes impensables.
Hay promesas de quitarlas, pero como mínimo se necesitarán 10 años para lograr un saneamiento completo de la zona.
Río Tambre
Este es uno de los ríos más contaminado por bacterias de todo el país, con presencia casi permanente de colonias de Enterococos y Escerichia coli, en concentraciones que fluctúan según la época del año.
Por otro lado, se ha denunciado que hay vertidos nocturnos de fluidos tóxicos que resultan difíciles de detectar, pero que dejan un rastro de muerte muy visible entre la fauna fluvial.