La Economía circular es un modelo que plantea cambios fundamentales en la producción y en los patrones de consumo.
Cambiar de una mirada lineal en el ciclo de vida de los productos a una visión circular en la que los materiales se reutilizan y vuelven a la economía generando, a la vez, menor cantidad de residuos.
Contexto
El impacto de las actividades humanas en el planeta está provocando la degradación de los ecosistemas. La pérdida de biodiversidad se acelera y el daño a los servicios que nos da el ambiente para vivir cobra mayor visibilidad en todo el mundo.
En este sentido, se estableció el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, como aquel momento del año en el que el planeta “entra en números rojos”. Es decir, cuando se consumieron los recursos naturales que la Tierra es capaz de regenerar en ese tiempo. Esta fecha no cesa de adelantarse desde que comenzó a calcularse en la década de los ’70.
En relación con lo anterior, la ONG internacional World Wildlife Foundation (WWF) manifiesta que es importante que volvamos a vivir dentro de los límites naturales, para no agotar el presupuesto ecológico de la Tierra, debido a que con el modelo actual estamos viviendo a costa de los recursos de las próximas generaciones.
Por su parte, los residuos llegaron a niveles alarmantes. El Banco Mundial informó que si no se adoptan medidas urgentes, para el año 2050 los desechos crecerán un 70% a nivel mundial.
En particular, se prevé que el incremento estará impulsado por la rápida urbanización y el crecimiento poblacional. Dado que 2/3 de la los humanos viven en ciudades, se extraen de la naturaleza los recursos que se necesitan para construir hogares, edificios, fábricas, carreteras y sistemas transporte. En números, la ONU apunta a que en el siglo XX excavamos, cortamos, perforamos o cosechamos:
- 34 veces más materiales de construcción
- 27 veces más minerales
- 12 veces más combustibles fósiles
- 3,6 más biomasa que en los años anteriores.
Según datos del Parlamento Europeo, la UE produce más de 2.500 millones de toneladas de residuos en el año. Igualmente, señalan que la dependencia que tiene la Unión Europea de otros países para sus materias primas insta a pensar en otras opciones en los negocios.
Cambio climático
El impacto en el clima que ocasiona el modelo económico que predomina en la actualidad ha cobrado visibilidad en los últimos tiempos: el cambio climático afecta a los ecosistemas y en consecuencia a nuestra vida, salud y actividades.
El uso de combustibles fósiles, la extracción de materias primas y la rápida industrialización aumentaron las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
Economía circular como modelo sostenible
Desde distintos ámbitos se promueve un cambio de paradigma. De un carácter lineal de extracción-producción-consumo-desperdicio a una Economía circular. Es decir, cerrar los ciclos de producción para mantener un flujo constante de recursos.
Además, contrasta el modelo tradicional de “usar y tirar”, que demanda gran cantidad de material y energía. Este aumento en la necesidad y extracción de materias primas ejerce tanta presión y daño a los ecosistemas que es menester orientarse hacia otros tipos de modelos.
La Economía circular se inspira en la naturaleza, en donde no existe el concepto de desperdicio.
En este sentido, la Fundación para la Economía circular nuclea profesionales del ámbito público y privado, tanto nacional como expertos mundiales, que trabajan en temas de sostenibilidad, uso de los recursos y ambiente.
En un video corto pero muy interactivo sobre Economía circular, realizado por la Fundación, se explica de manera didáctica cómo actúa la naturaleza, el modelo actual de producción lineal y por qué es importante el cambio hacia una Economía circular.
Repensar los productos
Los productos de hoy pueden convertirse en los recursos de mañana, plantea el video para comprender que un modelo circular genera menor impacto. Cambiar de una cultura de “tirar y reemplazar” a una de “retornar y renovar”, que implica nuevos diseños más fáciles de desmontar.
Asimismo, los componentes y los embalajes de los productos se deben tener en cuenta. Esto quiere decir que pueden crearse materiales seguros y biodegradables.
Repensarse como consumidores
Otro aspecto de la Economía circular es aquel que incita a repensarnos como consumidores. Trabajar nuestra conciencia como parte de este planeta ayudará a reflexionar sobre nuestros patrones de consumo.
Este cambio de comportamiento implica una postura crítica y de cambio. En el modelo lineal somos solo consumidores, desvinculados de nuestra responsabilidad como ciudadanos. Un estilo de vida más sostenible requiere, por ejemplo, preguntarnos si realmente necesitamos un producto. Por eso reducir es la principal acción a emprender.
En relación con lo anterior, la regla de las 3 Rs, presentada como pirámide invertida, invita a desarrollar estos hábitos de consumo responsable. Reducir, reutilizar y reciclar forman parte de la Economía circular.
Es importante destacar que este cambio de comportamiento debe estar acompañado por actividades impulsadas también por los gobiernos. Esto significa que además de campañas de concientización deben existir las alternativas para que los ciudadanos puedan realmente generar este cambio y no se frustren en camino.
Gestión de los residuos
La Economía circular implica que los residuos se reduzcan al mínimo. Al llegar al final de su vida, los materiales del producto se mantienen dentro de la economía. Siempre que sea posible, pueden ser utilizados una y otra vez. Esto tiene, sin dudas, un valor adicional.
ONU Medio ambiente asegura que la Economía circular “podría reducir entre un 80 y un 99% los desechos industriales en algunos sectores y entre un 79 y un 99% de sus emisiones”.
Otros beneficios sociales
Al igual que la mejora en el suministro de materias primas y la reducción de la presión sobre el ambiente, existen otros beneficios destacados por el Parlamento Europeo.
La prevención de residuos, el diseño ecológico y la reutilización podrían generar, acorde a sus publicaciones, ahorros netos de 600.000 millones de euros, que equivale a un 8% del volumen de negocios anual para las empresas de la Unión Europea.
También se reducirían entre un 2% y 4% las emisiones totales anuales de gases de efecto invernadero.
Por otro lado, la Economía circular incrementa la competitividad, innovación, crecimiento y empleo. En relación con lo anterior, se estima que se podrían crear hasta 580.000 empleos en la UE.
Por todo esto, se dice que es la intersección de los aspectos ambientales, económicos y sociales. El valor de un producto no es solo el económico, sino también el valor social y ambiental.
Para finalizar, destacar que adoptar un modelo de Economía circular no es tarea de una sola institución o empresa, sino que es de muchas organizaciones interconectadas que trabajan con creatividad por una vida más sostenible.