¿Cuáles son las consecuencias de la contaminación del agua?
Sobre la superficie del planeta hay tanta cantidad de agua hoy como la que existía hace cientos de miles de años, pero solo un 2,5% es dulce y por tanto apta para beber.
El problema es que el ser humano viene contaminándola desde hace ya muchos años y este es un proceso que debe detenerse y revertirse lo antes posible.
La contaminación supone la reducción o la desaparición de biodiversidad y ecosistemas acuáticos, alterando la cadena alimentaria y provocando enfermedades al beber o usar el agua contaminada.
¿Por qué se contamina el agua?
Las formas de contaminación de las diferentes fuentes y corrientes de agua son múltiples y casi todas se deben a acciones antropogénicas.
Ya sea por eliminación inadecuada de los desechos, por el empleo de métodos incorrectos de tratamiento de las aguas en los centros urbanos o por accidentes o desidia, las aguas se contaminan y ello acarrea desastrosas consecuencias medioambientales.
Los derrames de petróleo, los vertidos de productos tóxicos, los lixiviados agrícolas que llevan elementos químicos (abonos, insecticidas y herbicidas) y la incorrecta disposición de todo tipo de basuras se transforman en agentes contaminantes directos o indirectos, que a través de los ríos llegan a nuestros mares y océanos.
Todos estos elementos de contaminación producen estragos en la salud de todos los seres vivos incluidas las plantas, los animales y los seres humanos, cuya supervivencia depende del agua potable.
Estos son algunas de las gravísimas consecuencias que puede acarrear la contaminación masiva del agua, ya sea dulce como salada.
Biodiversidad
El término biodiversidad implica a todos los seres vivos, que son parte de la biota de un ecosistema.
La contaminación de las corrientes de agua afecta directamente a los animales y plantas acuáticos, pero también a los que la emplean para beber, a las plantas que se nutren de ella y en general, a todos aquellos seres vivos que dependen de ella para su subsistencia.
El número de especies de flora y fauna susceptibles a enfermar, a tener problemas reproductivos, morir y hasta extinguirse como especia es realmente alarmante, ya que todos los seres vivos necesitan agua limpia para sobrevivir.
Además de estas consecuencias directas de la polución del agua, hay otras indirectas que también resultan funestas para la biodiversidad.
Para entender las consecuencias indirectas de la contaminación hídrica hay que comprender que, en los ecosistemas hace falta un equilibrio, que no solo es necesario, sino que en ciertos casos y según necesidades de cada especie puede ser muy frágil, por lo que cualquier elemento que lo afecte acaba por desestabilizar el sistema.
Los científicos han sido testigos de situaciones en las que por el envenenamiento de una corriente fluvial se mueren muchos ejemplares de una determinada especie y esta mortandad acaba teniendo consecuencias muy graves en otros muchos ejemplares, que conviven con ellos en el mismo hábitat y por tanto interactúan y codependen.
Agua potable
El agua que bebemos procede de diversas fuentes hídricas, que pueden ser manantiales, acuíferos (grandes masas de agua “atrapadas” entre capas de tierra en el subsuelo) ríos y/o lagos.
A partir de las mismas se extrae el líquido, se limpia y purifica y luego se envía mediante un sistema de cañerías hasta los usuarios finales.
La contaminación de las citadas fuentes, es decir de aquellas de las obtenemos el suministro de agua potable en todo el mundo no ha parado de crecer durante los últimos siglos.
Ello tiene como consecuencia directa, que más de un tercio de los habitantes del planeta tienen dificultades o directamente no pueden acceder a beber agua potable.
Y este problema no solo afecta a los países mas pobres o a las economías emergentes, sino que, en países como EEUU y España también se dan situaciones así.
Una localidad de Michigan llamada Flint sufrió en 2014 un pico de contaminación de plomo, que provocó 12 muertes y 100.000 afectados. En Aragón, el rio Gállegos dejó de ser fuente de agua potable durante muchos años, por la contaminación del mismo con Lindano.
Como contrapartida, en los países más industrializados se han endurecido las normativas y leyes tendientes a consolidar la seguridad hídrica. A ello se le suman los enormes avances que se han conseguido en cuanto a monitorización y seguimiento de los niveles de contaminación de las fuentes de agua potable.
Aun así, hay quienes prefieren arriesgarse al pago de fuertes multas y siguen vertiendo efluentes sin tratar y basuras.
Cadenas alimentarias
Los océanos son enormes masas de agua, que albergan a millones de especies de flora y fauna que conforman una cadena trófica local de dimensiones incalculables.
Pero muchas de estas especies también migran, por lo que la red de influencia de dicha cadena se torna realmente inconmensurable.
Miles de aves, tortugas y peces ingieren diversos tipos de plásticos, latas y otros tipos de basuras sólidas, confundiéndolos con otras criaturas como medusas u otros peces. Generalmente fallecen a causa de ello, pero cuando no lo hacen pueden ser focos de infecciones para otros animales que los devoren aprovechando su debilidad.
Pero lo más preocupante sucede a nivel microscópico. Los organismos más pequeños del océano llamados zooplancton y fitoplancton al alimentarse incorporan a sus organismos minúsculas partículas toxicas de plomo, mercurio u otros metales pesados, microplásticos o agentes químicos peligrosos y las introducen directamente en la cadena trófica local.
A medida que se produce el desarrollo lógico de dicha cadena este plancton es devorado por otros seres de mayor tamaño, que a su vez servirán de alimento a otros y así sucesivamente, hasta llegar al ser humano.
Todos los participantes de dicha cadena pueden ver seriamente comprometida su salud, ya que muchos de estos productos son bioacumulables (los organismos son incapaces de eliminarlos y los almacenan en los tejidos) y otros resultan necesariamente mortales.
Economía
Además de los impactos que este tipo de contaminación tiene en la salud de animales, plantas y seres humanos, también hay consecuencias económicas, que no son de despreciar.
Los costes son muchos: limpieza de zonas contaminadas, atención sanitaria a la población afectada, surtir de agua potable a zonas con carencia, pagos de ayudas, subsidios y seguros y un larguísimo etc.
Estos costes pueden resultar desestabilizadores, especialmente si los deben asumir naciones con economías precarias.
Y cada vez son más los casos de empresas que se trasladan a países con menores niveles de control para ahorrar costos productivos, sin que la contaminación hídrica que producen a cambio les preocupe lo mas mínimo.