Consumo sostenible
Cada vez es más importante concienciarse sobre la importancia de consumir de manera responsable, acorde a las necesidades reales, sin derrochar, tratando de evitar lo máximo posible el impacto medioambiental de nuestras acciones en el planeta.
Por ello, la sostenibilidad, tanto a nivel individual como colectivo, consiste en realizar día a día acciones que ayuden a mitigar el dañino impacto que se origina al consumir sin control, sin tener en cuenta la huella que causa el simple hecho de, por ejemplo, desechar envases, bolsas de plástico y otras acciones.
Debido a ello, a continuación, se detallan algunos consejos para un ciudadano responsable, comprometido y, en definitiva, para un consumo sostenible.
Algo que por mínimo que sea, ayuda enormemente a cuidar el medio ambiente.
Desde separar adecuadamente los residuos para su reciclaje que generamos en el hogar, hasta intentar ahorrar en consumir aquello que es prescindible, o el simple hecho de evitar comer en exceso en un restaurante, en lugar de en casa, son tan solo unas pequeñas pinceladas que ayudan a la sostenibilidad.
¿Qué podemos hacer?
Dentro de los consejos para un consumo sostenible, hay varias premisas que son fundamentales a tener en cuenta, como es el de reutilizar y reciclar siempre que se pueda.
Primero tener en cuenta que en el año 2020 cada ciudadano de España generó 473 kgs de residuos, casi 1,2 kg de residuo al dia.
Así, por ejemplo, es importante reducir el consumo de productos y embalajes: cuando por ejemplo se va a hacer la compra podemos llevar nuestras propias bolsas o envases reutilizables.
Que además estas bolsas son más resistentes, duraderas y causan menos impacto medioambiental.
Además, siempre que se pueda hay que alargar la vida útil de los objetos, por lo que reutilizar los materiales es una gran idea, como por ejemplo los botes de cristal que se obtienen al comprar legumbres, reutilizar las cajas de cartón de las compras que se realizan por internet, etc.
Otro consejo en sostenibilidad es fomentar la compra de productos locales y de temporada, algo que ayuda a la economía de nuestra zona, se reduce el impacto de traer productos de otros países o regiones, y se consume alimentos frescos, que apenas pasan por fases de procesado, almacenaje o cámaras frigoríficas.
Con lo anterior se reduce la huella de carbono asociada con el transporte de alimentos a larga distancia, y se consume de manera eficaz, ya que solo se compra aquello que se quiere consumir en los próximos días, sin tener que congelar -y por lo tanto gastar electricidad- productos procesados que cuentan ya con varios meses.
Por otro lado, en el hogar es posible implementar una gran cantidad de medidas, algo tan sencillo como apagar las luces cuando no las estés utilizando en una habitación, utilizar bombillas de bajo consumo como las LED, reducir el uso del aire acondicionado y calefacción, poniendo además una temperatura razonable.
Igualmente, desconectar los electrodomésticos y otros aparatos cuando no estén en uso, a pesar de que queden en el típico modo “stand by”, ayudan a reducir el gasto energético, y con ello se fomenta el ahorrar no solo de dinero, sino sobre todo recursos.
Otros de los consejos para un consumo sostenible pasan por utilizar medios de transporte sostenibles compartidos o públicos, usando solo los medios privados como el coche, cuando realmente sea imprescindible, y a poder ser con varias personas.
Dentro de la ciudad, el optar por caminar, o en bicicleta o utilizar el transporte público, en lugar del propio vehículo, son otras acciones que sin duda ayudan a reducir el impacto medioambiental, mejorar el aire y ser más conscientes de las acciones que ayudan al medio ambiente.
Comprar de manera responsable
Cada pequeña acción cuenta, y cada persona de manera individual puede adoptar acciones que sean sostenibles y responsables, comprando de manera inteligente y consciente, con acciones tan simples como el elegir productos a granel en tiendas del barrio.
Por ejemplo, el comprar productos a granel como arroz, pasta, cereales y legumbres, y llevar tus propios recipientes o bolsas reutilizables para llevarlos a casa, es una pequeña acción que evita recurrir el uso de bolsas desechables de plástico, que si no se tratan adecuadamente pueden durar cientos de años en desaparecer.
Además, el evitar comprar productos con exceso de embalaje, como huevos, o incluso frutas y verduras, que vienen envueltos en plásticos, ayudan a reducir la cantidad de residuos que se generan y el consumo de recursos naturales.
Otras pequeñas acciones como evitar el uso de productos desechables como platos, vasos, cubiertos y pajitas de plástico, puede ser una gran idea, utilizando en su lugar productos reutilizables como platos y tazas de cerámica o vidrio.
Pequeños gestos que suman en favor del respeto por el medio ambiente.
Otro consejo muy útil al comprar un producto es revisar el etiquetado sobre su procedencia y procesado, e infórmate sobre su impacto ambiental, optando por productos que sean menos dañinos para el medio ambiente y la salud humana, y que se hayan obtenido mediante procesos y técnicas adecuadas.